Esta mañana, a pocos minutos de que se lleve a cabo la votación en el Congreso del Estado de San Luis Potosí para elegir a la próxima presidencia de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), un grupo de víctimas se manifestó a las puertas del recinto exigiendo lo que más de 130 organizaciones y defensores han demandado en un pronunciamiento contundente: la elección de una persona idónea, comprometida y autónoma que garantice la defensa de los derechos humanos.
En un estado marcado por feminicidios, desapariciones forzadas, tortura y violaciones laborales, el debilitamiento de la CEDH en los últimos 12 años no solo ha dejado a las víctimas sin justicia, sino que ha convertido a la institución en un espectador mudo ante las crisis sociales. Las organizaciones firmantes, entre ellas ALAS, AC, Mujeres en Espiral y Todes Trans S.L.P., han advertido que elegir un perfil inadecuado sería repetir los errores del pasado y perpetuar un sistema incapaz de enfrentar las graves violaciones a los derechos humanos.
El pronunciamiento es claro: no se puede permitir que el cargo recaiga en aspirantes sin experiencia, con antecedentes de recomendaciones en su contra o incluso con carpetas de investigación abiertas. La indignación es profunda al observar cómo la CEDH, que debería ser un contrapeso institucional, se ha limitado a emitir recomendaciones vacías mientras la violencia de género, las desapariciones y la precarización laboral siguen en aumento.
“Es momento de poner a las víctimas al centro y garantizar que quien encabece la CEDH tenga el conocimiento, la autonomía y el compromiso que la gravedad de la situación exige”, señalaron los firmantes. Además, recordaron al Congreso su responsabilidad de actuar con independencia, dejando de lado intereses partidistas y asegurando que el proceso de elección cumpla con los estándares internacionales, como los Principios de París.
La protesta de esta mañana no es solo una muestra del hartazgo ciudadano, sino un llamado urgente a los legisladores: elijan con responsabilidad o serán recordados como los cómplices de un sistema que traicionó a quienes más lo necesitaban. La historia juzgará si hoy triunfaron los derechos humanos o el continuismo del fracaso.