A razón de su aniversario numero 88, la Central Mexicana de Servicios Generales de Alcohólicos Anónimos, mando un mensaje como es el siguiente:
¿Cuándo, cómo, dónde y por qué nació Alcohólicos Anónimos? Sin duda son preguntas muy adecuadas para conocer el origen y todas las circunstancias que dieron vida a nuestra maravillosa fraternidad. Tenemos perfectamente identificada la fecha, 10 DE JUNIO DE 1935; sin embargo, antes de esa fecha se desarrollaron acontecimientos que hicieron posible el nacimiento de AA. Podríamos llamarle coloquialmente el período de gestación, que finalmente tendrían el final feliz del nacimiento de nuestra amada agrupación.
Todo período de gestación es difícil, y el de nuestra agrupación no es la excepción; por lo tanto, es necesario observar un factor común: que siempre está acompañado de crisis, dolor y sufrimiento. Es por estas crisis que nos permitimos valorar aún más a nuestra fraternidad. No fue fácil, por el contrario, hubo un sufrimiento inimaginable para poder empezar a ver el incipiente nacimiento de AA.
Nuestro amado cofundador, Bill W., tuvo que vivir un sufrimiento terrible que lo llevó varias veces al tratamiento médico que le proporcionaba nuestro querido amigo, el Dr. Silkworth, «el Doctor que amaba a los borrachos».
En esa crisis, le dijo a Lois: «Me temo que habrá que recluir a Bill en un hospital psiquiátrico». Bill estaba desahuciado, y es en ese momento de total derrota, sufrimiento y desesperación que Bill W. clama la ayuda de algo que él no podía concebir: ¡La existencia de Dios! Y ahí está el primer milagro, el cual surge de la derrota, incertidumbre y crisis totales.
Es ahí que se enmarca lo que vendrá a ser una constante en AA: el cómo de esta derrota y del miedo surge la mano de Dios para rescatar a nuestro amado cofundador, y dar por hecho el comienzo de los acontecimientos que tendrán como resultado el alumbramiento de Alcohólicos Anónimos.
Este inicio no fue nada fácil, Bill W. fracasaba en la búsqueda de transmitir el mensaje a otros alcohólicos; así fue durante casi seis meses: buscando, hablando, llegando a otros alcohólicos sin ningún resultado exitoso; nuevamente fracaso, desesperación, temor e incertidumbre.
¡Finalmente!, en este trascendental viaje que realizó Bill W. a Akron, Ohio —en la búsqueda de resolver su situación financiera—, agobiado por la frustración del negocio no exitoso, solo, temeroso, y en un lugar lejano, lo invadió la idea de volver a tomar una copa… nuevamente estaba en el límite.
Y de pronto, surgió la idea que lo iluminó: «¡En este momento necesito hablar con un alcohólico! ¡Lo necesito tanto como él me necesita!». Es así que, nuevamente, de la crisis viene la luz: llega el milagro, y se empiezan a desencadenar los acontecimientos que tendrán como resultado la entrevista con nuestro amado Robert Holbrook Smith, conocido como el Dr. Bob. Un enlace, Henrietta —un conducto de Dios—, hace posible la cita con un hombre en igual condición: un médico eminente atrapado en el alcohol, sumido en la desesperación y el caos; nuevamente el elemento constante en nuestra historia: sufrimiento, miedo e incertidumbre… para que de ahí surjan la fe, la confianza y la esperanza. En mayo de 1935, se da el encuentro —todavía a unos días del nacimiento y surgimiento de AA—.
Nuestro querido Dr. Bob dijo en ese entonces, prometiendo hablar solo 15 minutos: «No quiero hablar con este embaucador ni con ningún otro y realmente lo haremos de prisa». ¡La charla se prolongó por 5 horas! Bob dijo entonces: «Él hablaba mí mismo idioma, sabía todas las respuestas y ciertamente no era porque las hubiera sacado de sus lecturas».
Dos alcohólicos que vivían el infierno del alcoholismo, uno de ellos con una respuesta sobre su problema, el otro con la fe y la esperanza de encontrar una solución; en ambos un denominador común: el sufrimiento, la angustia, el miedo y la desesperación. Sin embargo, ahora se podría vislumbrar, surgida de esas emociones negativas, una luz que finalmente iba a hacer posible el nacimiento de Alcohólicos Anónimos. ¡Era, por fin, salir de la tiniebla hacia la luz! No fue fácil, por el contrario, se presentaron nuevas dificultades que podrían enturbiar el nacimiento de AA.
Por desgracia, el Dr. Bob vuelve a beber, pero, y esto es lo maravilloso, ya había una respuesta. Previo a la realización de una importante intervención quirúrgica, se establece el diálogo entre dos alcohólicos.
Se hace lo necesario para mantener a Bob en condición para cumplir con la intervención; como Bill recordó, a las 4 de la madrugada del día de la operación, los dos estaban bien despiertos. El Dr. Bob temblando, se volvió a mirar a Bill y le dijo: «Voy a llevar eso a su término». «¿Quieres decir que vas a llevar a su término la operación?». «Tanto la operación como a mí, los he colocado a ambos en las manos de Dios», respondió el Dr. Bob: «Voy a hacer lo que se necesita para llegar a estar sobrio y permanecer de esta manera».
El Dr. Bob no dijo una palabra más esa mañana. Estaba temblando miserablemente cuando se vistió. Lo llevaron al hospital y, justo antes de bajarse del auto, Bill le dio una cerveza para calmar los temblores. Más tarde sonó el teléfono, era el Dr. Bob: todo había resultado bien. Cuando llegó a casa esa noche, su aspecto había cambiado: estaba feliz y, al igual que Bill, finalmente era un hombre libre. Era el 10 de junio de 1935, fecha en que nace Alcohólicos Anónimos y que marca el inicio de este maravilloso programa que al día de hoy nos ha permitido a más de dos millones de alcohólicos en el mundo alcanzar la preciada sobriedad.
El milagro de Dios, con su infinita sabiduría, estaba iniciando y había rescatado a dos hombres que se encontraban en penumbras. Salieron de la debilidad hacia una nueva visión, la de la fe, la confianza y la esperanza: una nueva vida, que es lo que ofrece Alcohólicos Anónimos. Sin duda alguna,secuencia de milagros, todos ellos nacidos de la adversidad, y así fue creciendo nuestra comunidad. Inmediatamente Bill y Bob se dieron a la tarea de empezar a trabajar con otros alcohólicos y, aunque lentamente, los resultados fueron apareciendo.
Hacia 1937, en la casa del Dr. Bob, hacían un recuento: había muchos fracasos que contar, pero ya se podían observar también éxitos sorprendentes; más o menos había ya cerca de 40 alcohólicos recuperados. Al fin estaba brillando una luz en el oscuro mundo del alcoholismo. Había empezado una benigna reacción en cadena que podría llegar a dar la vuelta al mundo algún día. ¡Qué tremenda idea! Por fin había seguridad, ya no habría necesidad de continuar totalmente ciegos. Dice Bill W.: «Lloramos de alegría, y Bob, Anne y yo inclinamos nuestras cabezas en silencioso agradecimiento».
Solo podemos resumir este maravilloso acontecimiento con las simples palabras: ¡Gracias a Dios! Y así ha seguido, por ejemplo, la dificultad que se presentó para la elaboración de nuestro gran libro Alcohólicos Anónimos, y como se vivieron tremendas frustraciones por no poder contar con el apoyo y el dinero necesario. Finalmente, de esa adversidad, con la ayuda de Dios, nuestro «Libro Grande» sale a la luz en abril de 1939, haciendo así que este libro sea el texto básico para la recuperación de miles de alcohólicos. ¡Otro milagro más! Eso es nuestra fraternidad: de las adversidades hemos podido salir victoriosos, solo de la mano de Dios.
A través de nuestra historia es como aprendemos el legado que nos dejaron nuestros antecesores y podemos valorar lo que hoy tenemos. Pudimos ver el nacimiento de nuestras Doce Tradiciones, desde 1946, en que se van estructurando, hasta 1951, en que formalmente se adoptan.
Todas las Doce Tradiciones reflejan las palabras de Bill W.: «La nuestra no es una historia rutinaria de éxitos; es más bien la historia de cómo, por la gracia de Dios, ha surgido de nuestras debilidades una fortaleza insospechada; de cómo, bajo las amenazas de la desunión y el colapso, se han forjado una unidad y una hermandad universales». Luego entonces, como hemos podido observar, es de esta manera en que los Alcohólicos Anónimos hemos ido construyendo esta catedral del espíritu.
Hacia 1961 nacen los Doce Conceptos para el Servicio Mundial; establecieron que el Duodécimo Paso de AA, «llevar el mensaje», es el servicio básico que presta la comunidad: es nuestro propósito principal y la razón primordial de nuestra existencia. Hoy, a 88 años del nacimiento de AA, la humanidad en su totalidad enfrento un grave problema, un problema de salud que estuvo fuera del alcance del poder humano.
En estos momentos el mundo sigue viviendo una situación grave de temor, de incertidumbre, de inseguridad, de ansiedad y de depresión, y desde luego que nosotros, los Alcohólicos Anónimos, no estamos exentos de esto.
Podremos superar esta grave crisis y decir cuando la tormenta haya pasado: «Gracias, Dios, porque con tu mano salvadora nuevamente nos has podido conducir por el camino de la fe que obra». Porque, muy a pesar de la situación que, en años anteriores pasamos, podemos decir con mucha humildad al día de hoy, 10 de junio de 2023, que celebramos los 88 años del nacimiento de nuestra fraternidad.
Es por esto que con la frente en alto podemos festejar unidos un año más del nacimiento de la agrupación que a todos nosotros nos ha salvado la vida. Quiera Dios que así sea. Esperando que las bendiciones de la sobriedad provenientes de un Poder superior, como cada quien Lo entienda, se encuentren con ustedes hoy y siempre. Por la ocasión de este gran acontecimiento que es el 88.º Aniversario de Alcohólicos Anónimos a nivel mundial, muchas felicidades a toda la comunidad de AA.
Reciban un abrazo grande y fraternal de parte de los integrantes la Junta de Servicios Generales, Directivas OSG y OP, Oficina de Servicios Generales y Oficina Plenitud, así como del personal de ambas corporativas, tanto empleados, miembros de staff y servidores voluntarios.
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