Italia ha dado un paso más en la regulación de la gestación subrogada al declarar ilegal que sus ciudadanos viajen al extranjero para tener un bebé a través de esta práctica, incluso en países donde es legal, como Estados Unidos o Canadá. Aunque la gestación subrogada ya estaba prohibida en Italia desde 2004, esta nueva medida extiende la prohibición más allá de las fronteras.
Las sanciones para quienes infrinjan la ley pueden ser severas, con penas de cárcel de hasta dos años y multas de hasta un millón de euros (1,1 millones de dólares).
La senadora Lavinia Mennuni, del partido Hermanos de Italia, defendió la nueva normativa durante el debate parlamentario, afirmando que «la maternidad es absolutamente única» y que se busca erradicar el «turismo de vientres de alquiler».
La medida, aprobada en el Senado con 84 votos a favor y 58 en contra, es parte de la agenda conservadora de la primera ministra Giorgia Meloni, quien ha mantenido una postura crítica hacia la gestación subrogada, especialmente en parejas LGBT. Sin embargo, datos indican que el 90% de las parejas italianas que recurren a esta práctica son heterosexuales con problemas de fertilidad.
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