La bandera del Orgullo LGBT+ en su origen se compone por los colores del arcoíris. Conforme han pasado los años, ha cambiado y han surgido nuevas versiones para incluir a más identidades.
Diseñada por Gilbert Baker en 1978, la bandera fue realizada como un encargo de activistas para crear un símbolo que reflejara la inclusión y derechos humanos por los que ha luchado la comunidad.
Para su realización Baker se inspiró en el fenómeno del arcoíris y en las barras de la bandera estadounidense.
Entre los colores que mantenía, el rojo representa la sexualidad y la vida; el naranja, la salud; el amarillo, la luz del sol; el verde, la naturaleza; el turquesa, el arte; el azul, la serenidad y el violeta, el espíritu.
Trabajaron 30 voluntarios en su elaboración, quienes se encargaron de teñirla con colorantes naturales y tejerla a mano con hilo y aguja.
En 2018 se adaptó. Daniel Quasar rediseñó la bandera, retomando la idea del arcoíris original y añadiendo una flecha con nuevos colores.
La bandera transexual con los colores blanco, rosa y turquesa llegaron a formar parte de la nueva versión y además se añadieron los colores café y negro en representación a las comunidades racializadas y como símbolo de las personas LGBT+ que luchan contra el SIDA.
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