Este lunes dio inicio el juicio en Estados Unidos en contra de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública en el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012); acusado de aliarse y recibir sobornos por parte del Cártel de Sinaloa para el tráfico de drogas.
Entre las primeras intervenciones del juicio aconteció la de Villarreal Barragán, conocido como “el Grande”, un exagente de policía que después trabajo para el cartel, quien declaró al jurado que estuvo presente en varias ocasiones cuando su jefe, Arturo Beltrán Leyva, entregó sobornos a García Luna.
Según Villareal, las entregas de estos sobornos se realizaban a menudo en una casa de seguridad cerca de una iglesia al sur de Ciudad de México, y solían ascender de 1 a 1,5 millones de dólares al mes.
Dichos sobornos habrían ayudado con el financiamiento de servicios de agentes de la policía federal que trabajaban para García Luna, así como extender sus operaciones en grandes extensiones del resto de México.
Además, Villarreal Barragán le dijo al jurado que Beltrán Leyva consideraba a García Luna un amigo y que en una ocasión le regaló una motocicleta Harley-Davidson hecha a su medida.
Por su parte, en su intervención, César de Castro, defensa de García Luna, señaló al jurado que el gobierno no tiene pruebas concluyentes de la culpabilidad de su cliente y que al recaer en testimonios de integrantes del propio cártel, muchos de estos testigos tienen motivos para declarar en su contra, al ser el exsecretario quien estuvo a cargo de sus detenciones y extradiciones.
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