Yo tuve un niño enfermo y nunca me ayudaron, pero cuando se me murió, para el cajón si hubo, si me dieron, ya pa´qué!, dijo la mujer con lágrimas en los ojos al compartir su dolor e impotencia con la doctora Mónica Rangel.
La candidata al gobierno del Estado estuvo en Huizache, para escuchar a la gente, para atenderlos, para consolarlos.
No hizo falta mucho para que las mujeres de este lugar se sintieran en confianza para alzar la voz ante otra mujer: del PRI estamos hartos, nunca ha llegado ayuda para viejitos, para discapacitados, ni una despensa, tome conciencia de que estamos trabajando el tomate y nos pagan una miseria. Queremos aunque sea un techo porque el granizo lo destruyó.
Y en medio de la polvadera y el sol de la tarde, la doctora escuchó a quien quiso hablar: necesitamos caminos, ayuda, tenemos escuelas abandonadas, queremos que pavimenten la calle de la escuela porque cuando llueve se inunda y queremos un doctor, necesitamos el cambio, tenemos sed de triunfar.
Las quejas se mezclaron con las porras porque la gente aseguró que ya es la gobernadora y no les va a fallar.
Mónica Rangel destacó que el gobierno ya no le puede fallar al pueblo: “esa es palabra de mujer, se los digo hoy y de frente”.
“Hoy veo a muchas niñas y niños, a hombres y mujeres con esperanza en los ojos. Yo voy a regresar a agradecerles con la cara en alto para decirles que el trabajo está el hecho”, afirmó.
Les dijo que merecen tener atención y medicamentos gratuitos, empleos, que los jóvenes tengan becas para su educación, que las mujeres que están en casa cuidando a los adultos mayores, a las niñas y niños, tengan un ingreso para cubrir sus necesidades.
Y finalmente los invitó a hacer historia el próximo 6 de junio: “tenemos una cita porque tienen en sus manos el poder de transformar a su estado”.