La batalla sindical en la planta de General Motors San Luis Potosí subió de tono: el pasado fin de semana Carlos Alfaro Botello, representante del sindicato Carlos Leone, fue presuntamente agredido mientras transmitía en vivo una convocatoria para recabar firmas de apoyo.
En plena transmisión, Alfaro pedía a los trabajadores sumarse a su causa cuando personas identificadas como simpatizantes del SINTTIA lo abordaron. «Aquí está la gente apoyándonos», decía antes de que una mujer le arrebatara el teléfono entre gritos: «¡Tú qué haces grabando! ¡Bájame tu chingadera!” se escucha en la grabación.
El sindicato Carlos Leone busca reunir 2,500 firmas en tiempo récord para competir por la representación de los trabajadores. Sus miembros denuncian que SINTTIA juega sucio: usa promesas falsas y siembra miedo entre los obreros, tal como –aseguran– ya lo ha hecho en la planta de Silao.
«Nosotros no manipulamos ni intimidamos a nadie. Todo se ha hecho de forma libre y transparente», defendieron los representantes de Carlos Leone, quienes ya rebasan las mil firmas.
Actualmente, en GM San Luis opera un Consejo Laboral interno, pero SINTTIA solicitó formalmente ser reconocido como el sindicato oficial para negociar el nuevo contrato colectivo. La aparición del sindicato Carlos Leone, surgido desde la base trabajadora, ha trastocado esos planes.
SINTTIA, por su parte, acusa a GM de facilitar datos internos a los promotores del nuevo sindicato, aunque estos rechazan haber recibido información privilegiada.
El conflicto está servido en la automotriz: entre acusaciones de traición, miedo y promesas rotas, los trabajadores hoy exigen ser ellos quienes elijan, sin amenazas ni imposiciones.
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