Padres de familia, maestros y estudiantes de la Escuela Secundaria Técnica No. 1 (ETI) y de la primaria Tipo 21 de Agosto rechazaron contundentemente el plan de desalojo de ambas instituciones para la instalación de la Universidad Nacional Rosario Castellanos, promovida por el gobierno estatal y respaldada por la presidenta Claudia Sheinbaum.
La ETI No. 1, fundada en 1963, es un ícono de la educación técnica en San Luis Potosí, con una trayectoria de seis décadas que la posiciona como referente histórico y educativo. Este legado, sin embargo, está bajo amenaza debido a la decisión del gobernador Ricardo Gallardo Cardona de utilizar sus instalaciones para el nuevo proyecto universitario.
Durante una tensa reunión, el titular de la Secretaría de Educación de Gobierno del Estado (SEGE), Juan Carlos Torres Cedillo, intentó justificar el desalojo argumentando una supuesta baja matrícula en la secundaria. Sin embargo, padres y maestros refutaron estas afirmaciones, destacando el valor histórico, académico y cultural de la institución. “El cierre de la ETI es una afrenta a nuestra historia. No se trata solo de un edificio, sino de un legado que ha formado generaciones de potosinos”, afirmó una representante estudiantil.
El secretario de Educación no solo enfrentó la férrea oposición de los presentes, sino también la indignación de los padres de familia de la primaria Tipo 21 de Agosto, quienes aseguraron que su escuela mantiene una matrícula sólida y excelencia académica, acompañada de logros como la representación estatal en competencias deportivas.
Las protestas no se limitaron a las reuniones. La comunidad inconforme bloqueó la avenida Mariano Jiménez durante varias horas como muestra de rechazo. Los manifestantes exigen que las autoridades reconsideren la medida y busquen alternativas para la instalación de la universidad sin despojar a estas instituciones de su espacio y legado.
A pesar de las advertencias de sanciones emitidas por Torres Cedillo contra los maestros que participen en protestas durante horarios escolares, la resistencia continúa firme. Bajo el grito de “¡La ETI no se cierra!”, la comunidad ha dejado claro que no permitirá la desaparición de un símbolo histórico que ha formado parte esencial de la identidad educativa de San Luis Potosí.
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