La muerte del Papa Francisco no solo provocó conmoción mundial por su relevancia religiosa y política, también generó un inesperado impacto cultural: un repunte significativo en el consumo de contenido relacionado con el papado en plataformas de streaming.
El mismo día del fallecimiento, la película Cónclave, un drama de ficción sobre el proceso de elección de un nuevo Papa, registró un aumento del 283 % en su audiencia. Al día siguiente, la cifra se disparó: los usuarios pasaron cerca de siete millones de minutos viendo la película, lo que equivale a más de 115 mil horas de reproducción en un solo día. Estos datos fueron proporcionados por la firma Luminate, especializada en monitoreo de consumo digital.
Para dimensionar el fenómeno, sería como si más de 4 mil 800 personas hubieran visto la cinta durante 24 horas continuas, sin pausas.
Este tipo de comportamiento colectivo no es nuevo. En 2022, tras la muerte de la Reina Isabel II, la serie The Crown duplicó sus visualizaciones a nivel global en Netflix durante la misma semana.
Los expertos señalan que este tipo de reacciones reflejan una necesidad social de buscar respuestas, contexto o conexión emocional frente a eventos que marcan la historia. Las plataformas de streaming, en ese sentido, se han convertido en espacios de reflexión y duelo, más allá del mero entretenimiento.
La figura del Papa Francisco, ampliamente reconocida por su cercanía y apertura, continúa generando impacto incluso después de su muerte. Su legado no solo se mide en términos religiosos, sino también en cómo su figura resuena en la cultura y los medios contemporáneos.