La crisis de natalidad en Japón está dejando huellas visibles, como en el pequeño pueblo de Ichinono, donde la falta de niños se compensa con marionetas de tamaño real que ocupan parques y calles en un intento por revivir la sensación de actividad. Con una población envejecida, la mayoría de sus habitantes supera los 65 años, y los más jóvenes han emigrado en busca de oportunidades.
Aquí vive Kuranosuke Kato, el primer niño nacido en dos décadas, pero sin compañeros de juego. Sus padres, Rie y Toshiki, se mudaron en 2021 para disfrutar de una vida tranquila y flexible tras la pandemia. Sin embargo, el jefe municipal, Ichiro Sawayama, de 74 años, expresó su preocupación: “Si el pueblo sigue así, solo nos espera la extinción”.
La situación de Ichinono ilustra el desafío demográfico que enfrenta Japón, que, con una población en rápida disminución, se ha convertido en uno de los países más envejecidos del mundo.
Te recomendamos leer https://www.crmnoticias.com.mx/mexico-prohibe-venta-de-comida-chatarra-en-escuelas-para-combatir-obesidad-infantil/