Un estudio publicado en The Journal of Sex derriba un viejo mito: las relaciones monógamas no son más felices que las no monógamas.
Tras analizar los datos de más de 24,000 personas entre 2007 y 2024 —provenientes de América del Norte, Europa y Australia—, los investigadores concluyeron que no hay diferencia significativa en cuanto a la satisfacción sexual y emocional entre quienes están en relaciones monógamas y quienes no.
“La estimación del efecto general no mostró diferencias significativas en la satisfacción de la relación para los individuos no monógamos en comparación con los monógamos”, señala el estudio.
El Dr. Joel Anderson, uno de los autores, subraya que lo que realmente importa es la comunicación y la capacidad de cada persona para atender las necesidades afectivas de su pareja, sin importar la estructura del vínculo.
Este hallazgo desafía la creencia de que solo la monogamia garantiza estabilidad, compromiso o un entorno sano para formar familia. Sin embargo, el estudio reconoce limitaciones: se centró principalmente en relaciones abiertas y swinging, y carece de una mayor diversidad cultural y de otras formas de poliamor.
Aun así, el mensaje es claro: hay muchas formas de amar, y ninguna es intrínsecamente mejor que otra.