Oksana Masters, nacida en Ucrania y adoptada por una familia estadounidense a los 8 años, se ha convertido en una figura destacada en el deporte paralímpico. Con 35 años, ha ganado un total de 18 medallas paralímpicas, incluyendo un oro en ciclismo de ruta en los recientes Juegos de París, representando a Estados Unidos.
La vida de Masters ha estado marcada por desafíos significativos. Nacida con discapacidades como resultado del accidente nuclear de Chernóbil, sufrió severos problemas en sus extremidades y otras condiciones físicas. Dada su situación, sus padres biológicos, incapaces de costear los tratamientos, la dieron en adopción. Durante su infancia, vivió en tres orfanatos diferentes en Ucrania, lo que le dejó profundas secuelas emocionales y psicológicas.
En un testimonio para The Players Tribune, Masters relata el difícil entorno de los orfanatos ucranianos: “Mucha gente no quiere creer lo que sucede en ciertos orfanatos, pero deberían saberlo. Suceden cosas terribles. Por eso estoy cubierta de cicatrices.”
A los 8 años, su vida dio un giro cuando fue adoptada y trasladada a Estados Unidos. Allí, el deporte se convirtió en un medio para su auto-descubrimiento y empoderamiento personal. “No me dediqué al deporte para ganar, sino para entenderme a mí misma. El deporte me ha mostrado que el cuerpo, mi cuerpo, tiene un poder que nunca se debe subestimar,” afirma Masters.
Hoy, además de destacar en disciplinas como ciclismo, remo, esquí nórdico y biatlón, Oksana Masters busca inspirar a otras personas con discapacidad a perseguir sus sueños y superar sus propios desafíos. Su historia es un testimonio conmovedor de perseverancia y fuerza personal.
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