El Centro Estatal de Reinserción Social de Tancanhuitz obtuvo una preocupante calificación de 5.52 en el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2024, realizado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Entre las deficiencias más graves se encuentra la atención médica insuficiente y las condiciones precarias en los espacios de aislamiento. Además, los internos carecen de mecanismos efectivos para denunciar violaciones a sus derechos humanos, mientras que la supervisión por parte de las autoridades resulta inadecuada.
En cuanto a las condiciones de estancia, las áreas de alojamiento, cocina, comedor y servicios médicos presentan condiciones materiales e higiénicas deplorables. Asimismo, la falta de instalaciones para la comunicación con el exterior limita el vínculo de los internos con sus familiares y amigos.
En el ámbito de gobernabilidad, el penal enfrenta serios problemas, como la escasez de personal de seguridad y custodia, lo que incrementa los riesgos para internos y trabajadores. También hay irregularidades en la aplicación de sanciones disciplinarias. La reinserción social, uno de los objetivos principales del sistema penitenciario, está lejos de cumplirse en Tancanhuitz. La CNDH señaló que las actividades educativas, laborales y deportivas son insuficientes, al igual que la clasificación entre internos procesados y sentenciados, generando desorden en la operación del penal.
Finalmente, las carencias afectan de manera especial a grupos vulnerables, como mujeres, personas LGBTTTI y menores que conviven con sus madres. La falta de programas efectivos de prevención de adicciones y desintoxicación voluntaria también agrava la situación.
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