El departamento de seguridad de Argentina ha anunciado la creación de la Unidad de Inteligencia Artificial Aplicada a la Seguridad, con el objetivo de utilizar algoritmos de aprendizaje automático para analizar datos históricos de delitos y predecir futuros crímenes. Esta medida, impulsada por el gobierno del presidente Javier Milei, pretende emplear la IA para vigilar la actividad en redes sociales y las búsquedas de los ciudadanos, así como para implementar sistemas de reconocimiento facial y analizar en tiempo real las grabaciones de cámaras de seguridad.
Sin embargo, esta iniciativa ha generado preocupación entre organizaciones de derechos humanos. Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina, expresó a The Guardian que esta tecnología podría ser utilizada de manera autoritaria, afectando la libertad de expresión y alentando a las personas a autocensurarse.
«La vigilancia a gran escala afecta la libertad de expresión porque alienta a las personas a autocensurarse o abstenerse de compartir sus ideas o críticas si sospechan que todo lo que comentan, postean o publican está siendo monitoreado por las fuerzas de seguridad», advirtió Belski.
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