El Día de Muertos se ha mantenido vigente durante siglos y su relevancia ha trascendido fronteras. En 2003 esta celebración fue declarado como Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad
No hay una regla acerca de cuántos niveles debe tener una ofrenda, sin embargo se han atribuido significados al altar de siete niveles, un número que en varias culturas tiene importantes alegorías y representaciones simbólicas.
Nivel 1. Se coloca la imagen del santo al que se le tenga devoción. Las velas perpetuas no deben faltar cerca de retratos e imágenes de la ofrenda.
Nivel 2. Se dedica a las ánimas del purgatorio. Otorga el permiso a las almas para salir de ese lugar, por ello, resulta ideal la colocación de una imagen de las ánimas del purgatorio.
Nivel 3. La sal es uno de los elementos imprescindibles en el altar, por ello debe colocarse en este escalón para evitar que el cuerpo se corrompa y se purifique el espíritu.
Nivel 4. Pan de muerto, un elemento que representa la eucaristía en la liturgia católica no debe faltar en el cuarto escalón.
Nivel 5. Platillos, fruta, dulces y en general todo alimento que era del gusto del difunto o difuntos.
Nivel 6. El retrato de los difuntos se coloca en el sexto escalón. Las veladoras acompañan la imagen del ser querido para que la luz guía su camino de ida y de regreso.
Nivel 7. La cruz, símbolo cumbre de la religión católica, se despliega en el séptimo nivel para expiar las culpas del difunto. De acuerdo a la tradición debe formarse una cruz con semillas, frutas y cal, en algunos casos también se agrega la sal.
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