Reino Unido ha dado un paso crucial en la lucha contra la violencia de género al legislar contra los deepfakes y otras imágenes creadas sin consentimiento con fines sexuales. Aunque la pornovenganza era un delito tipificado desde 2015, la ley ahora se extiende a imágenes, audios y videos generados por inteligencia artificial, un creciente problema que afecta a muchas mujeres.
Según Revenge Porn Helpline UK, 1 de cada 3 mujeres en el país ha sido víctima de pornovenganza, y las imágenes generadas digitalmente han aumentado un 400% desde 2017.
Jess Davies, activista por los derechos digitales de las mujeres, afirmó que “el abuso a través de imágenes íntimas es una emergencia nacional que está causando daño a largo plazo, dando a la misoginia en línea el control sobre la huella digital de las mujeres”.
La nueva legislación también ampliará el delito para incluir la creación de imágenes íntimas sin consentimiento, como las obtenidas mediante cámaras ocultas en baños o vestidores.
Aunque aún no se definen las sanciones específicas, se anticipa que tanto quienes creen como quienes compartan estos contenidos, así como las plataformas tecnológicas que los difunden, podrían enfrentar fuertes sanciones económicas.
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