En 2018, Tahlequah, una orca residente de la costa oeste de América del Norte, capturó la atención global al cargar a su cría muerta durante más de dos semanas. Ahora, esta emblemática madre ha sido vista junto a su nueva cría, según informó el Centro de Investigación de Ballenas el pasado 20 de diciembre.
Identificada como J35 por los investigadores, Tahlequah tuvo otra cría en 2020, J57, y su bebé más reciente ha sido registrado como J61. Este nacimiento es motivo de esperanza para la especie, que enfrenta una seria amenaza de extinción.
Sin embargo, los expertos advierten sobre los riesgos que enfrentan las crías de orca en su primer año de vida, como la exposición a contaminantes tóxicos provenientes de aguas contaminadas. «El comienzo de la vida siempre es peligroso para las nuevas crías, con una tasa de mortalidad muy alta durante el primer año», explicó la ONG en sus redes sociales, mostrando confianza en las habilidades maternales de Tahlequah para superar estos desafíos.
La familia de esta icónica orca habita entre el estado de Washington, en Estados Unidos, y la isla de Vancouver, en Canadá, un entorno natural que continúa viéndose amenazado por la actividad humana.